Los candidatos a la recepción en la Sociedad deben creer en la Trinidad Cristiana y ser Maestros Masones. Sin embargo, la SRIL es totalmente autónoma y no tiene ninguna otra conexión, vínculo o reconocimiento con la masonería.

La calificación masónica asegura que el neófito ya ha dado pruebas de fidelidad y privacidad como miembro de la Fraternidad. La calificación de cristiano es necesaria porque el carácter de los rituales de los Grados es completamente cristiano, y no sería entendido ni apreciado por los creyentes de cualquier otra fe. Este carácter se acentúa en la ceremonia de recepción, en la que se destaca una cierta comunión de vida y entendimiento entre los miembros.

El objetivo principal de la Sociedad no es aumentar el número de miembros, pero siempre está dispuesta a considerar la admisión de Hermanos cuyo interés en los objetivos de la Sociedad sea sincero y que simpaticen con la Rosa-Cruz. La pertenencia a un Colegio está limitada a 72 miembros. Los nuevos miembros deben elegir una “mota latina” distintiva que les identificará para siempre.